viernes, 7 de noviembre de 2008

Podría decir que la tarde esta nublada, que la vida anda pesada.
Que las velas no arden, que la cena sabe a fiambres.
Que los números no me calzan, que las matemáticas me fallan.
Que estoy desesperado, que los brazos no me acompañan.
Que las moscas se me acercan, que los perros me detestan.
que los gatos no me molestan, que las polillas me vuelan.
Podría decir mentiras, que la puerta esta abierta, que la ventana no se transparenta.
Que los lapices están cansados, que las gomas tienen ojeras, que la calculadora no tiene teclas.
Que tengo adjetivos, inspirados y cobardes, que la vida apesta.
Que la luna no me alumbra, que el sol me quema.
Que las madrugadas son eternas, que los tejados me aman.
Que la soledad me acompaña, que el vino y la cerveza me consuelan, que las maquinas me complementan.
Que los suspiros ya no me molestan, que el viento me calienta, que las brisas me molestan.
que la vida me atormenta, que las horas no tienen clemencia.
Que la biología no me llena, que las ciencias me revientan.
Que las salas están vacías, los asientos repletos y cansados. Lirios envenenados en mi funeral,
rosas secas en mi cotidianeidad
Que los circos no se ríen, que los enanos crecieron, que los payasos en silencio se quedaron.
Que voy volando bajo el suelo, que las alas se queman, que las plumas quedan.
Que mi mano tiene rabia, que mis yemas tienen pena.
Que mis ojos no se llenan de lágrimas, que en mi garganta no ahí nudos, que escribir me quita la pena.
Podría decir que todo se refleja, que la física es molesta.
Que estoy en huelga, que mi boca esta sedienta, que quiero ser gato, perro, mono, algo.
Que tengo pena, que estoy feliz, pero mentiría.
Que ahora siempre digo la verdad, que las cosas andan sobre ruedas, que quiero moverme, pero los números no mienten.
Que me faltan los abrazos, que los perros me los regalan con cara de nada, aunque sea mentira, eso si es algo que me encanta.

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